Se acerca la Navidad y en casa nos hemos estado preguntado cómo vamos a gestionarla. En un primer momento, hubo disparidad en nuestras opiniones, por mi parte, si tenía claro que no quería contribuir a una creencia que parte de una religión que no comparto y que además fomenta el consumismo, por su parte, SuperRatón, hablaba de ilusión, magia e imaginación y a mí me hacía dudar.
Llevo tiempo con la idea de este post en la cabeza; pero es hoy, después de un buen rato intentando dormir al ratón (con cambio de turno incluido con Super Ratón, o sea papá), que me pongo a ello.
El enano desde siempre ha sido duro de pelar para dormir. Nunca, por muy cansado que haya estado, ha «pedido dormir». Que haya niñxs que lo hagan me parece una rareza deliciosa. Pero no es nuestro caso, la siesta con teta; 10-20 minutos, pero por la noche sale su naturaleza ratona y, con teta o sin ella, tarda de 40 a 60 minutos, aunque hemos batido récords con 2 horas y a la baja con 20 minutos.
Desesperadxs buscamos métodos respetuosos para «enseñarle» a dormir y tras leer y releer artículos y posts, incluso un libro que me regaló mi padre de la famosa Pantley y probar algunas pautas, nos dimos cuenta dónde estaban nuestros errores:
Empecé la sección de «preparando ambientes» sin explicar por qué en casa hemos aplicado esta parte de la metodología Montessori. No soy ninguna experta en esta metodología ni tampoco una defensora acérrima, pero en cuanto comencé a leer sobre los ambientes preparados sentí que era lógico y justo.
pequenomus.wordpress.com 