¿La magia de la Navidad está en que tres señores reyes repartan regalos a lo loco?

Se acerca la Navidad y en casa nos hemos estado preguntado cómo vamos a gestionarla. En un primer momento, hubo disparidad en nuestras opiniones, por mi parte, si tenía claro que no quería contribuir a una creencia que parte de una religión que no comparto y que además fomenta el consumismo, por su parte, SuperRatón, hablaba de ilusión, magia e imaginación y a mí me hacía dudar.

Conocí el secreto de los Reyes Magos muy pequeña. Mi padre, en plan antisistema, decidió contármelo. Recuerdo que se lo conté a mi prima, que era de una familia muy católica, y que entre sus hermanos mayores y padres la volvieron a convencer de que no era así y pude notar como sabían que la habían convencido a ella, pero a mí no. Lo que no recuerdo es llevarme un chasco monumental que no me permitiera disfrutar de las fiestas navideñas, de hecho diría que empecé a disfrutar más porque me sentía dentro del juego y podía jugar. Podía jugar a imaginar que hacía mi abuela con los polvorones y la leche de los camellos, podía jugar a encontrar los regalos e intentar adivinar que se escondía debajo del papel, podía jugar a oír los pasos de mamá o de los abuelos en mitad de la noche…Y por supuesto, disfrutaba de los regalos a tope.

Por mi propia experiencia, creo que la imaginación no está en lo que te quieran hacer creer, sino en lo que tú puedas imaginar porque ahí es donde no hay límites. La magia de la Navidad para mí no está en creer que hay tres señores repartiendo regalos a lo loco, sino en los rituales propios de la familia; en la reunión, en las risas, en el lomo relleno de ciruelas de mi abuela, en las carreras por el pasillo con los primxs, en los gritos y las risas nerviosas antes de abrir los regalos. Simplemente, pensar que son fechas en las que vas a compartir tiempo con tus seres queridos y que, además, van a regalarte algo, y seguramente algo que esperas, ya hace mucha ilusión.

Os dejo con estas líneas de David Kyle Johnson a cerca de la imaginación:

“La imaginación implica fingir y hacer como que algo existe, para ello, es necesario creer que ese algo en realidad no existe. ¿Acaso los cristianos “imaginan” que Jesús resucitó de entre los muertos? ¿Los Musulmanes “imaginan” que Mahoma montó su caballo Al-Boraq y viajó a toda velocidad desde La Meca a Jerusalén y después ascendió al cielo? Por supuesto que no, ellos creen que todo eso es real. Engañar a un niño haciendo que crea que Santa Claus existe no fomenta la imaginación, sino que la ahoga. Si realmente quiere estimular la imaginación de sus hijos, dígales que Santa Claus o Papá Noel no existe, pero que, de todos modos, van a jugar en Navidad a que sí.”

Después de leer este y otros artículos ( de Ontana , Shikoba Kids , Maternidad Continuum o Tigriteando), llegamos a la siguiente conclusión: no queremos mentir a Pequeño Mus, pero tampoco limitarlo; no voy a decirle que debe creer, pero no voy a contribuir a una creencia de este tipo. Desde luego, este año es todavía muy pronto para que pueda entender algo, pero simplemente hablaremos de los “regalos de navidad”, “los regalos de navidad de los abuelxs” y “los regalos de navidad del papá y la mamá”. Seguramente; familiares, y en un futuro su amigxs, hablaran de los Reyes y de Papá Noel y, entonces, ya dependerá de lo que él quiera creer o imaginar.

Tenemos pensado elaborar nuestros propios rituales navideños, aunque si que respetaremos las fechas por una cuestión funcional, queremos tener momentos especiales y aprovechar  las vacaciones para pasar tiempo juntos haciendo cosas molonas.

Esta es nuestra opinión, pero sabemos que cada familia es un microcosmos autogestionado con sus propias dinámicas y formas de ver y vivir la vida.

¿Qués os parece? ¿Qué tenéis pensado? ¿O ya os habéis enrolado en la tradición de los Reyes o Papá Noel? Contad!